Después de un upset que los dejó fuera de la postemporada el año pasado, Ole Miss por fin pudo sonreír con sabor a revancha. Los Rebels derrotaron 34 a 24 a Florida en Oxford y sellaron su primer triunfo frente a los Gators en la era Lane Kiffin.
El juego no solo fue un duelo clave dentro del panorama del SEC, sino también una historia paralela entre presente y futuro: Ole Miss pensando en el College Football Playoff y Florida soñando con quitarles a su entrenador. El partido fue bautizado por muchos como el “Lane Kiffin Bowl”, y lo cierto es que así se sintió desde el kickoff hasta las últimas notas del ambiente en Vaught Hemingway Stadium, donde la afición cerró la noche con un sonoro “We love Lane” que se escuchó desde Oxford hasta Gainesville. Kiffin no ha firmado extensión y Florida no ha ocultado que será su objetivo número uno en cuanto la puerta quede legalmente abierta.
Aunque Florida regresaba después del desastre ante Kentucky el equipo mostró una cara muy diferente a la de aquella caída de 38 a 7. En Oxford se vieron competitivos. DJ Lagway completó 16 de 31 pases para 218 yardas y un touchdown, además de sumar 34 yardas terrestres y otra anotación. Jadan Baugh aportó 61 yardas con un touchdown por tierra, mientras que J Michael Sturdivant lideró el ataque aéreo con 62 yardas y un envío anotador de 57. Pero el nombre del día fue Kewan Lacy. El corredor de Ole Miss no solo jugó un partido grande, jugó un partido histórico. Corrió 31 veces para 224 yardas con un promedio de 7.2 por acarreo y tres touchdowns, incluyendo una corrida de 59 yardas. Fue el informe oficial de que los Rebels no iban a repetir la pesadilla del año pasado.
El apoyo a su actuación también vino desde el brazo de Trinidad Chambliss, quien registró 301 yardas con 26 completos de 35 intentos, un touchdown y una intercepción. Su pase de 43 yardas a De Zhaun Stribling fue una obra estética, casi como si se necesitara contrapesar la brutalidad terrestre de Lacy. Entre ambos produjeron 538 yardas totales para Ole Miss, contra solo 326 de Florida. Ese diferencial se sintió en la posesión: los Rebels dominaron el reloj con 37 minutos mientras los Gators solo tuvieron el balón por poco más de 22. En este deporte, tener el balón es tener vida. A pesar de la derrota, Florida dejó buenas sensaciones. La defensa consiguió una intercepción, cinco capturas y múltiples detenciones en cuarta oportunidad que mantuvieron el juego abierto hasta el cierre.
Y justo ahí entra el interrogante incómodo. Sí Florida mejora mientras enfrenta a Lane Kiffin, entonces el partido no solo fue revancha deportiva, también una sesión de evaluación silenciosa. Los Rebels siguen con esperanza de llegar al SEC Championship y aparecer en el comité del CFP, mientras Florida continúa buscando ese entrenador de élite para liderar un roster lleno de talento.