Escrito por Caia Reese. Traducido por Gabriella Chavez.
El agua parece estar por todas partes en Costa Rica: en los ríos, cascadas y los bosques nubosos icónicos. Pero el país también enfrenta algunos serios desafíos relacionados con la escasez de agua y la calidad del agua, debido al impulso del desarrollo y al cambio climático, que está haciendo que las sequías sean más extremas.
El país ha sido pionero en una variedad de soluciones, incluyendo tarifas de uso del agua que fomentan la conservación; un sistema de permisos para regular la extracción de agua subterránea; e inversiones millonarias para modernizar el tratamiento del agua y reducir la contaminación.
Pero la bióloga Luisa Moreno está convencida de que una de las soluciones más importantes es ayudar a la próxima generación a entender el agua dulce y sus límites.
Moreno investiga la calidad del agua en el Instituto Monteverde de Costa Rica. El programa “Adopta un arroyo” del instituto es una asociación con las escuelas locales que enseña a los estudiantes cómo examinar la calidad del agua que fluye por los arroyos de la zona.
Al igual que adoptar una mascota, los estudiantes pueden adoptar un arroyo para cuidarlo. “Si ves que una mascota tiene una enfermedad, la llevas al veterinario. Esa es la misma idea,” dice Moreno.
Cuando ven cambios negativos en las aguas locales, los estudiantes pueden trabajar en la búsqueda de soluciones a nivel comunitario. Es una práctica que Moreno espera que los acompañe durante toda su vida.