Los estudiantes que empezaron la universidad durante COVID-19 han experimentado dificultades para adaptarse al contacto con la vida en persona. Por ejemplo, un estudio publicado en “The Journal of Psychiatric Research" encontró que los estudiantes que se vieron obligados a mudarse durante la pandemia en el 2020 tenían más probabilidades de reportar síntomas de ansiedad y depresión.
Además, una investigación realizada en la Universidad de Texas reveló que los estudiantes que comenzaron la escuela secundaria en 2020 y que ingresaron a la universidad en 2023 experimentaron dificultades en el aprendizaje y en sus comportamientos sociales debido a la pandemia.
La pandemia del COVID-19 es un virus que se esparce de una manera muy rápida y peligrosa por todo el globo terráqueo, y ha traído como consecuencias que se hayan visto afectada la salud mental, social y física de los estudiantes universitarios en todo el país, incluyendo los estudiantes de la Universidad de Florida (UF).
La llegada del virus y el encierro obligatorio, trajo como consecuencia un aislamiento social donde las personas no interactúan con los demás sino era a través de una pantalla. Esto agudizó un estado de pánico, el gran miedo y la duda de que la vida nunca volvería a la normalidad y ha contribuido al desarrollo de mayores niveles de estrés, ansiedad, y depresión para los estudiantes.
Al recordar esos tiempos donde la vida cambió drásticamente, Brad Akus, un estudiante de segundo año en la Universidad de Florida, reflexiona sobre cómo se sintió durante esos tiempos difíciles.

“Al principio, el COVID-19 estuvo bien, todo parecía relativamente normal, sólo un largo descanso en la escuela. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, sentí una sensación de hundimiento en el pecho que crecía cada día. Me sentí aislado de todos y de todo lo que solía amar, y sentí que no necesariamente podía sentir la misma cantidad de felicidad que tenía antes”, dijo Akus.
Aunque afortunadamente los días de aislamiento y distanciamiento social y físico han quedado atrás, para muchos jóvenes adultos la pandemia ha creado una gran duda y eso ha generado una pregunta:
¿Cómo afectó la pandemia a la salud mental, social y física de los estudiantes universitarios hasta el día de hoy?
Esta pandemia dejó secuelas en muchos estudiantes, hoy por hoy logran tener una menor sensación de concentración en su trabajo escolar cuando experimentan una mala salud mental, y se refleja en sus notas. El aumento de la incapacidad para concentrarse provocó que se pasara más tiempo en las redes sociales, lo que afectó aún más negativamente a las mentes impresionables, dice un estudio publicado en “BMC Psychiatry". Los estudiantes también se sienten menos inclinados a socializar y conectarse con otros cuando los sentimientos de ansiedad social comienzan a aparecer.
La pandemia cerró muchos de los lugares donde se podía hacer ejercicios como gimnasios o actividades físicas al aire libre y este cierre creó también un gran sedentarismo. Los estudiantes al pasar tantas horas frente a una computadora desarrollan altos niveles de obesidad y de diabetes, creando una gran apatía para retomar la práctica de actividades deportivas después de la pandemia.
Ashley Díaz, estudiante de segundo año de la Universidad de Florida, responde cómo su salud mental afecta su trabajo escolar y su vida social.
“Si tengo ansiedad o estrés por una situación, es probable que me aisle de los demás y no pueda concentrarme demasiado en la escuela.” dice Diaz.

Janette Mendez, consejera de salud mental y psicóloga autorizada, con sede en Miami, Florida, pudo dar su opinión profesional sobre el tema, incluida la diferencia entre los universitarios que experimentaron COVID-19 durante su primer año en la universidad y los estudiantes más jóvenes.
“He notado que los estudiantes que comenzaron la universidad durante COVID-19 parecen haber tenido más dificultades para adaptarse a la vida en persona. Es como si nunca hubieran tenido esa experiencia universitaria “normal” y ahora estuvieran tratando de ponerse al día, tanto académica como socialmente. Es posible que los estudiantes más jóvenes que comenzaron después de lo peor de la pandemia no hayan visto interrumpido su primer año, pero aún padecen algunos de esos efectos, especialmente en lo que respecta a los niveles de ansiedad y estrés", aseguró Mendez.
Uno de los factores más persistentes que la pandemia ha dejado en la mente de los adolescentes es la ansiedad social. Esto ha llevado a que muchos estudiantes no quieran tener interacciones personales con otros o asistir a eventos sociales públicos, lo que en última instancia puede hacer que los estudiantes universitarios se sientan solos y aislados.
“Muchos estudiantes me dicen que ahora se sienten incómodos en situaciones sociales o que prefieren enviar mensajes de texto a hablar en persona”, dice Mendez. “También hay un gran aumento en el agotamiento académico. Los estudiantes sienten que necesitan recuperar el tiempo perdido y esa presión puede ser abrumadora.”
La Universidad de Florida como un universitario preocupado por la salud integral de su estudiantado ha puesto a disposición muchos recursos para ayudar a los estudiantes con su salud mental, social y física.
El centro de bienestar y consejería de la UF ofrece a los estudiantes muchos servicios que incluyen consejería grupal, consejería individual a corto plazo, apoyo en crisis, cartas de apoyo y ayuda psiquiátrica. Además, tienen un personal altamente calificado de todo el mundo, de diferentes ámbitos y experiencias de vida que pueden brindar diferentes conocimientos y perspectivas a los estudiantes necesitados.
Se les aconseja a los estudiantes que tienen problemas de salud mental se comuniquen con el centro de bienestar y asesoramiento de la Universidad de Florida al número: 352-392-1575.
Esta llamada les puede salvar la vida.