Con el expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris emergiendo como los favoritos de sus respectivos partidos, la escena política estadounidense se está calentando a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024. Se espera que esta elección, que refleja tanto las preferencias del electorado como las divisiones duraderas que definen la política moderna, representa un punto de inflexión en la historia estadounidense.
Según las encuestas, la brecha entre la demócrata Kamala Harris (60) y el republicano Donald Trump (78) es todavía bastante estrecha. El ganador será quien obtenga 270 de los 538 votos electorales. Sin embargo, es posible que el ganador no se revele el martes si el conteo está muy reñido. Los siete estados cruciales que decidirán el resultado (Georgia, Pensilvania, Carolina del Norte, Wisconsin, Michigan, Arizona y Nevada) son el centro de atención. La fase final de la campaña, que terminó el lunes y que es ampliamente considerada como una de las más divisivas y enconadas de los últimos años, se ha librado principalmente en estos estados.
Descripción general de la campaña de Donald J. Trump
El candidato republicano a la presidencia en 2024, Donald Trump, basó sus propuestas en la inmigración, la economía y la defensa de los valores conservadores. Su plan de campaña para el segundo mandato se centra en revivir el "sueño americano", salvaguardar la seguridad nacional y reforzar la economía. Con políticas como la desregulación y los elevados aranceles a las importaciones, su plan económico pretende reducir la inflación, promover la independencia energética y reactivar la industria nacional. Para empoderar a las empresas y los trabajadores estadounidenses, también pretende simplificar el código fiscal y permitir deducciones manteniendo bajos los impuestos. Para estabilizar los precios y reducir la dependencia de fuentes extranjeras, sugiere reducir el gasto público y aumentar la producción energética nacional.
En materia de política exterior, Trump aboga por la "paz a través de la fuerza" y pretende modernizar y fortalecer el ejército, especialmente mediante alianzas estratégicas e innovaciones avanzadas como un sistema de defensa antimisiles. También aspira a restablecer el liderazgo estadounidense en el mundo y desafiar el dominio económico de China. En materia de defensa interna, Trump reafirma su apoyo al derecho a poseer armas, centrándose en cumplir la legislación vigente en lugar de promulgar otras nuevas.
En cuanto a la educación y las libertades individuales, Trump propone reformar el sistema educativo eliminando lo que considera conceptos "conscientes" y fomentando la enseñanza de temas fundamentales e ideales patrióticos. Trump afirmó en el video de campaña de enero de 2023 que reduciría los fondos para las escuelas que enseñen teoría crítica de la raza y la ideología de género. En un discurso posterior, mencionó que restablecerá la Comisión 1776, la cual fue creada durante su administración para “enseñar nuestros valores y promover nuestra historia y nuestras tradiciones a nuestros hijos.” También hace hincapié en la autoridad estatal en materia de educación y seguridad escolar.
En cuanto a los problemas sociales, apoya que se mantengan abiertos los deportes femeninos a las mujeres cisgénero y se opone a que el gobierno pague por los tratamientos de transición de género. Trump declaró en la Conferencia de Acción Política Conservadora de 2023, celebrada en marzo pasado: “Revocaré todas las políticas de Biden que promuevan la castración química y la mutilación sexual de nuestros jóvenes y pediré al Congreso que me envíe un proyecto de ley que prohíba la mutilación sexual infantil en los 50 estados.”
En cuanto al aborto, Trump apoya la legislación estatal en esta área, se opone al aborto con pocas excepciones y celebra la decisión de la Corte Suprema de revertir la decisión Roe v. Wade. “Gracias a la genialidad, el corazón y la fuerza de seis jueces de la Corte Suprema pudimos hacerlo”, dijo Trump en la derogación del derecho al aborto por el Tribunal Supremo en 2022. Durante su mandato como presidente, Trump nombró a tres de los seis jueces que apoyaron la derogación.
Trump ha promovido una política de "tolerancia cero" con respecto a la inmigración, prometiendo ampliar aún más el muro, cerrar la frontera sur y lanzar una enorme campaña de deportaciones. El programa incluye medidas estrictas para detener la inmigración ilegal, luchar contra los cárteles de la droga y proteger el empleo estadounidense. Para mejorar la seguridad nacional, también favorece la cooperación con las fuerzas del orden y se opone a las leyes de "ciudades santuario".
En un artículo de opinión publicado en el Des Moines Register, aproximadamente una semana antes de asegurar la victoria en las primarias de Iowa, Trump hizo una promesa contundente: emplearía "la Ley de Enemigos Extranjeros para expulsar de Estados Unidos a miembros de pandillas, traficantes de drogas o miembros de cárteles, tanto conocidos como sospechosos". Además, planteó una estrategia radical al proponer: "Transferiremos grandes porciones de la aplicación de la ley federal a la aplicación de la ley de inmigración, incluyendo secciones de la DEA, ATF, FBI y DHS".
Trump sugiere implementar deportaciones rápidas sin audiencias judiciales en virtud de la Ley de Enemigos Extranjeros, que a menudo no se permite en tiempos de paz. Esta idea ha generado preocupación sobre las implicaciones de las deportaciones masivas y sumarias. Dado que esta regla requiere que la nación esté en guerra o enfrentando una "invasión" extranjera, periodistas y analistas políticos han cuestionado si sería posible hacerla cumplir.
Creen que los cárteles de la droga carecen de esta descripción y piensan que el sistema legal podría detener el plan de Trump. Sin embargo, este argumento puede tener menores posibilidades de éxito en los tribunales, ya que la historia demuestra que los tribunales ocasionalmente se abstienen de involucrarse en sentencias consideradas "cuestiones políticas".
Por último, Trump apoya la independencia energética mediante la explotación de recursos naturales como el gas y el petróleo en un esfuerzo por adoptar una postura justa en materia de preocupaciones ambientales. Afirma que la conservación, que es el objetivo de su programa ambiental, no impide el crecimiento económico.
Grupos ambientalistas como el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC) han criticado la orden ejecutiva de Trump, que intenta deshacer las medidas ambientales de la administración Obama. David Doniger, portavoz de NRDC, se refirió al plan como "destrucción climática en lugar de acción" y prometió impugnar la medida ante los tribunales. Una de las principales preocupaciones es que Estados Unidos no cumpla con sus obligaciones en virtud del Acuerdo de París de 2015, en el que él y otras naciones se comprometieron a reducir las emisiones de CO2 y cambiar la economía hacia energías más limpias para detener el calentamiento global.
Según Matt McGrath, corresponsal de la BBC, la comunidad científica ve el enfoque de Trump como una negación del cambio climático. Con esta acción, la administración Trump se aleja de la creencia generalizada de que el CO2 es la causa principal del cambio climático.
Con su enfoque de "América primero", Trump aspira a restaurar el liderazgo global y la prosperidad económica de Estados Unidos, enfrentando desafíos clave como la inflación, el crimen y la globalización. Sus propuestas incluyen medidas económicas, políticas de seguridad y reformas sociales para fortalecer la economía, proteger las fronteras y reafirmar el papel de EE. UU. en el mundo.
Descripción general de la campaña de Kamala Harris
Del lado demócrata, Kamala Harris quiere establecerse como defensora de los valores progresistas y al mismo tiempo continuar con el legado de la administración Biden. Se prevé que la atención médica, el cambio climático, la justicia social y la igualdad económica se encuentren entre los principales temas de la campaña de Harris.
En un esfuerzo por reducir los precios de los alimentos y controlar la inflación, la campaña de Kamala Harris ha sugerido un proyecto de ley federal que prohibiría la especulación con los precios. Según Harris, algunas empresas están abusando de la crisis para aumentar los precios excesivamente, lo que repercute en los clientes.
La campaña de Harris propuso “trabajar con el Congreso” para “establecer reglas claras para dejar en claro que las grandes corporaciones no pueden explotar injustamente a los consumidores para obtener ganancias excesivas en alimentos y comestibles”, dijo en el comunicado de prensa de agosto.
Su propuesta tiene como objetivo facultar a los inspectores generales estatales y a la Comisión Federal de Comercio (FTC, por su sigla en inglés) para que investiguen y castiguen a las empresas que se aprovechan de los clientes durante las emergencias. Las leyes estatales existentes que restringen los aumentos de precios durante las emergencias sirvieron como modelo para el plan.
“Trabajaré para aprobar la primera prohibición federal contra el aumento abusivo de precios”, dijo Harris durante un evento de campaña en Raleigh, Carolina del Norte, el 16 de agosto. “Mi plan incluirá nuevas sanciones para las empresas oportunistas que se aprovechen de las crisis y rompan las reglas, y apoyaremos a las pequeñas empresas de alimentos que están tratando de cumplir con las reglas y salir adelante”.
Sin embargo, los economistas siguen sin estar de acuerdo sobre la eficacia de esta política. Mientras algunos advierten que esta intervención podría distorsionar el mercado y causar escasez, otros sostienen que la prohibición podría ser útil para desalentar los excesos durante las emergencias. Investigador principal de estudios económicos en Brookings Institution, Clifford Winston señala que, si bien limitar estos aumentos puede disuadir a las empresas de ampliar la oferta, fijar precios altos durante las emergencias podría alentarlas a satisfacer la creciente demanda.
Además, dada la reciente estabilidad de las tasas de inflación en este sector, Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, dijo en un pódcast, el 13 de septiembre, que las circunstancias de emergencia que desencadenarían las restricciones contra el aumento abusivo de precios descritas en la propuesta “no son las que estamos observando ahora”, la cual esto significa que creen que el plan de Harris tendría un impacto mínimo en los precios actuales de los alimentos.
A pesar de estas preocupaciones, el público ha apoyado el plan de Harris. Según encuestas recientes, la mayoría de los activistas están a favor de limitar el aumento de precios de los productos básicos. Muchos economistas, por otro lado, cuestionan si las ganancias corporativas son la causa principal de la inflación alimentaria, argumentando que las interrupciones en la cadena de suministro y los crecientes costos laborales tienen una influencia mayor. Dado que numerosos estados ya tienen leyes de emergencia de naturaleza similar, la adopción de la propuesta a nivel federal también está bajo revisión.
Estrategias y participación de los votantes
Para atraer a los votantes, ambos candidatos están utilizando tácticas diferentes. Con un fuerte énfasis en los mítines, las redes sociales y los llamamientos emocionales, Trump está intentando dinamizar a sus seguidores. Su campaña tiene como objetivo abordar las quejas de los ciudadanos que están insatisfechos con la actual administración y se sienten ignorados por la clase dominante en la política.
Mientras tanto, Harris quiere formar un grupo inclusivo interactuando con mujeres, minorías y votantes más jóvenes. Para llegar a personas entusiasmadas con las preocupaciones sociales y ambientales, está utilizando plataformas digitales y organizaciones de base como parte de su plan de campaña. Harris tiene como objetivo generar apoyo e impulsar la participación electoral entre las comunidades minoritarias destacando la inclusión y una visión progresista de Estados Unidos.
Conclusion
Se prevé que la elección presidencial de 2024 entre Donald Trump y Kamala Harris será un punto de inflexión en la política estadounidense. La campaña de cada candidato representa los problemas y objetivos de sus respectivas bases, aunque con diferentes visiones de la nación. El énfasis de Trump en la inmigración, la aplicación de la ley y el nacionalismo económico atrae a los votantes que quieren ver valores estadounidenses más tradicionales. Harris, por otro lado, se centra en el cuidado de salud, la justicia social, la paridad económica y el cambio climático en un esfuerzo por abordar los problemas sistémicos que muchos estadounidenses enfrentan actualmente.