Escrito por Kimberly Blum. Traducido por Gabriella Chavez.
En el corazón agrícola de Costa Rica, la piña es más que un cultivo comercial: es un pilar de la economía nacional. En los últimos 15 años, el país ha experimentado un aumento del 700% en la producción de piña, una industria que ahora genera 1.3 billones de dólares, según la ONU. Casi toda esa producción está destinada a Estados Unidos o al Reino Unido. Pero este crecimiento acelerado tiene un costo.
El aumento de la agricultura convencional de piña ha generado serias preocupaciones ambientales, avanzando sobre áreas de bosque y aumentando el uso de químicos. Más de 5.000 hectáreas de bosque han sido deforestadas para dar paso a las plantaciones de piña en esos 15 años.
La industria está dominada por empresas frutales que tienen sede en Estados Unidos y sus subsidiarias. Sin embargo, las opciones más locales y cultivadas de manera sostenible también están creciendo raíces. El crecimiento de la demanda de piñas orgánicas está abriendo nuevas oportunidades. Aunque las granjas de piña orgánica tienen mayores costos de producción, estos costos a veces pueden ser compensados por el turismo local. Elian Alvarado, gerente de turismo de Organic Paradise Tour, muestra lo que es posible cuando la agricultura local, la ecología y el turismo coexisten.
Alvarado lo llama un modelo de equilibrio: una oportunidad económica sin comprometer el medio ambiente ni la cultura.