News and Public Media for North Central Florida
Play Live Radio
Next Up:
0:00
0:00
0:00 0:00
Available On Air Stations

Inmigrantes Cubanos de la Florida reflexionan sobre las relaciones entre Cuba y los EEUU, un año después de la muerte de Fidel Castro

Pablo de los Santos pasó 4 años viviendo solo en la Florida antes de poder traer a su esposa de Cuba, ahora el solamente espera el día para poder reunirse con sus hijas.

“No estoy preocupado por mi sueño americano, sino por el sueño de mis hijas que vienen detrás,” dijo Santos.

De los Santos es un inmigrante cubano que vive en Gainesville y su historia es similar a la de muchos otros inmigrantes cubanos. Inmigrantes que se atrevieron a irse de Cuba y dejaron sus vidas atrás con tal de escapar del régimen comunista que Fidel Castro estableció en la isla después de la Revolución Cubana.

De los Santos dijo que la tarea de traer a sus hijas se ha puesto más difícil ahora, con los supuestos ataques sónicos hacia los funcionarios de la embajada estadounidense en Cuba. Un incidente que ha resultado en que el gobierno estadounidense redujera el personal en la embajada a solamente “personal de emergencia,” de acuerdo con el anuncio del Departamento de Estado.

Jorge Duany, profesor de antropología y director del instituto cubano de investigación (Cuban Research Institute) en la Universidad Internacional de la Florida, dijo que antes del 17 de diciembre del 2014, cuando el Presidente Obama y Raúl Castro anunciaron que iban a dar pasos para normalizar las relaciones entre los dos países, Cuba y los EEUU estaban esencialmente estancados en la era de la Guerra Fría. Ahora los “ataque sónicos” han causado que EEUU retire 24 diplomáticos estadounidense de la embajada en Cuba.

“Esto ha resultado en un deterioro rápido y dramático de las relaciones diplomáticas entre los dos países,” dijo Duany.

Pablo de los Santos originalmente pensó que iba tener sus hijas en los EEUU ya para la Navidad, pero la situación ha causado una pausa indefinida en su llegada.

“A mí no me interesa pasar trabajo,” dijo de los Santos. “El objetivo es que vengan y que ellas puedan hacer sus vidas aquí, eso es fundamental.”

De los Santos dice que es difícil tener tanta incertidumbre y también hace de alguna manera que las vidas de sus hijas estén estancadas por qué no saben cuándo estarán reunidos.

Michael Bustamante, un profesor asistente de historia Latinoamericana en la Universidad Internacional de la Florida, dijo que la disminución de personal en la embajada estadounidense en Cuba y en la embajada cubana en Washington D.C. también lo hace más difícil para cubanos que regresen a Cuba. En muchos casos cubanos que quieran regresar tienen que tener un pasaporte cubano, aunque sean ciudadanos estadounidenses, ahora el proceso de renovar el pasaporte cubano se ha hecho más largo con menos personal para procesar todos los documentos.

“Esto va crear un impedimento,” dijo Bustamante. “A veces esperar por una renovación de un pasaporte toma seis meses y ahora no se sabe cómo la embajada va manejar esto.”

 

Peter Yñigo, dueño de “Mi Apá Latin Café” en Gainesville, dijo que el regresa a Cuba para visitar familia. A Yñigo le es permitido entrar a Cuban por que el cae debajo de una de las 12 categorías que permite la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Office of Foreign Assets Control) para viajar a Cuba. Pero dijo que ahora él tiene que tener una visa para viajar.

Yñigo emigró a los EEUU cuando era un niño durante el éxodo de los Marielitos. Él recuerda que tuvo que viajar con su familia, a otro pueblo donde nadie los conocía y esperar que los llamaran para montarse en un bote de langostas que los iba llevar al Sur de la Florida.

“Me acuerdo comiendo una manzana por primera vez. Me acuerdo tomarme un 7Up por primera vez” dijo Yñigo.

Yñigo contó que el capitán llevó el bote hasta el Río de Miami, detrás de las oficinas viejas del Miami Herald. Todos los inmigrantes en la embarcación fueron llevados al “Orange Bowl” un estadio al aire libre que antes estaba en la Pequeña Habana, donde pudieron bañarse, dormir y comer.

“Me acuerdo entrando a este campo de fútbol americano---nunca había visto un campo tan grande--- y ellos habían vaciado dos camiones de pelotas, así que yo estaba en el cielo desde el primer día en este país,” dijo Yñigo.

Una de las razones que Yñigo visita a Cuba con mucha frecuencia es porque la familia de su esposa todavía está allá y para que sus hijos vean que privilegiados son de vivir en un país como los Estados Unidos.

Aunque Yñigo dijo que él ha tenido una experiencia buena al vivir en los EEUU y poder viajar a Cuba, se percata que las personas que pertenecen a la generación anterior no están tan ansiosas por visitarla. Su padre, por ejemplo, no tiene ninguna intención de visitar a Cuba.

“Mi padre lo ve como ‘Yo puse mi familia en riesgo para atravesar este mar y este país me ha dado todas las oportunidades que ese país nunca me dio, entonces hasta que las cosas no cambien, yo no tengo nada allá’ y yo veo eso” dijo Yñigo. “Yo lo entiendo.”

Annia Cuesta, una maestra en Miami, parece compartir un sentimiento similar sobre su patria. Ella vino a los EEUU en 1999, después que dejó su familia atrás en Cuba, para vivir con un tío que no conocía.

“Cuba en mi opinión es una cárcel, una cárcel rodeada por agua,” dijo Cuesta. “Nadie puede entrar y nadie puede salir, a no ser que te den permiso.

Cuando la muerte de Castro fue anunciada el año pasado el 25 de noviembre del 2016, ella recuerda que la gente tenía emociones mixtas. Mientras algunos celebraban, ella también vio gente que decía que Castro era un ser humano.

“A veces la gente se olvida lo que es un ser humano como el hizo. Aunque él estaba viejo, no debemos olvidarnos por que en algún punto fue joven y tomó ventaja de su posición,” dijo Cuesta.

Duany dice que los cambios entre las relaciones diplomáticas, más los recientes “ataques sónicos,” entretienen la idea de que las relaciones entre los dos países no van a estar progresando en el futuro.

“Parece como que la relaciones entre los dos países van estar muy difíciles para sostener y claramente se han revertido ---posiblemente peor—que antes del 17 de diciembre del 2014.

Claudia is a reporter for WUFT News and can be contacted by calling 352-458-4434 or emailing cperezbrito@ufl.edu.